(Ilustración de Sara Fratini)
Llegué a Barcelona por puente a Italia. Decidí mudarme al pueblo de mis abuelos para poder organizar la primera edición de La Guarimba International Film Festival, un sueño en el que he estado trabajando mucho tiempo y en el que dedicaré un año entero de mi vida porque creo que no hay mejor arma contra la crisis que promover la cultura.
Los últimos meses han sido parte de una transformación tanto personal como artística en la que sigo trabajando poco a poco. Así, por buscar, me puse en contacto con Nicolás Manzano, amigo de amigos, quien recientemente había publicado el primer EP de su banda Sexy Bicycle en Barcelona. Él, también estudiante de cine, había tenido la idea de hacer un documental del proceso de creación del primer disco de la banda sumado al hecho de que el banco los echaría de la casa por estragos de la burbuja inmobiliaria.
Sin pensarlo y recientemente desempleado, me subí al primer bus que iba a la capital catalana y llegué a ver amigos y trabajar en esto.
Al principio, me atraía la idea de poder trabajar en el audiovisual en un campo como el documental, una de las razones por las que seguí estudiando cine, a pesar de que decanté hacia la ficción. Me gusta mucho la experimentación en cualquier de sus formas y me pareció que este proyecto podría permitirme eso.
Nico y yo nos presentamos mejor y él me introdujo a Nika, cantante e iniciador de la banda. Las primeras semanas tomaron un aire muy protocolar, siempre cine independiente era, pero se podía entrever ciertas barreras entre documentalista y documentados.
Así que, tras hablarlo y coincidir con las fallas, decidí mudarme al piso, que próximamente será del banco, con mi cámara y mis equipos, para unirme al viaje de estos dos tipos que más allá de querer vivir de la música, buscan en ella respuestas pero también preguntas.
Así nos dedicamos a convivir entre la realidad de la cámara y la otra, aquella que no puede captarse en video ni explicarse en palabras, huyendo los tres de lo que parece algo inminente como la crisis, por mi parte escribiendo y colgando en internet mis reflexiones mientras hacía de productor, camarógrafo y director de este documental que retrata a Nika y a Nico ensayando, buscando formas en el contenido de sus canciones, y así conseguimos una pequeña comunidad de tres en la que comíamos juntos, no lavábamos los platos juntos (ni separados), salíamos a emborracharnos, íbamos a conciertos, veíamos películas, escuchábamos música, discutíamos y nos reconciliábamos, y entre todo esto parecía posible una vida así, encargados de la introspección sin importar el caos de afuera.
Giulio Vita
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